Nunca se gana se pierde o se aprende.

Hay veces que encuentro más compañía en una canción que en una persona. Es ese momento en el que sientes que nadie te comprende, que nadie te escucha, que todos dicen "A mi me pasó lo mismo" pero no intentan ayudarte. Esa sensación tan extraña de no saber cual es la clave de la perfecta melodía que tanto buscas. La música es como el colchón más cómodo de todos, el que te soporta por las noches y te abriga cada mañana; es como un rayo de luz, después de mil años de intensa oscuridad; como la tiríta que cura todas las heridas.
Deveríamos escribir, en letras, todas las aventuras y desventuras del pasado y del presente, para intentar perfeccionar la téctica;  para poder encontar en un futuro, la clave de esa melodía perfecta.