Como lágrimas en la lluvia.

Aparento ser muy fuerte. Tanto como el capazarón de la tortuga que hace unos años me encontre en el estanque de aquel maravilloso hotel de Paris. Tanto como el chicle de fresa ácida al empezar a moderlo. Tanto que crei que nada podría afectarme, almenos eso creía. Creí ser lo suficientemente fuerte como para soportar los golpes de la vida, los abrazos de mi padre y tus labios lejos de los mios. Pero aveces, no todo lo rosa es bonito. A veces aparece ese horroroso fuxia que lo emborrona todo. Que emborrona la vida que pintamos.
Ahora me doy cuenta que del cielo no llueven pétalos de rosas, llueve agua, agua que se lleva todo lo vivido, lo hablado, lo planeado.Como lágrimas en la lluvia.